La madrugada del 25 de diciembre de 2024, avión Embraer 190 de Azerbaijan Airlines, con 67 personas a bordo, se estrelló cerca de la ciudad de Aktau, Kazajistán.
La tragedia dejó al menos 32 supervivientes, muchos de los cuales se encuentran hospitalizados en estado crítico, según informaron las autoridades locales.
La aeronave, que cubría la ruta entre Bakú, Azerbaiyán, y Grozni, Rusia, había reportado fallas en el sistema de control poco antes del accidente. La tripulación solicitó aterrizaje de emergencia en el aeropuerto de Aktau, pero la aeronave se precipitó a tierra antes de llegar a la pista.
Las autoridades están investigando las causas del accidente, considerando hipótesis como posible choque con bandada de pájaros o explosión de un balón de oxígeno a bordo. Los equipos de rescate trabajan intensamente en el lugar para recuperar a las víctimas y proporcionar atención a los heridos.
Entre los pasajeros se encontraban 37 ciudadanos azerbaiyanos, 16 rusos, seis kazajos y tres kirguises. La solidaridad internacional no se hizo esperar: los presidentes de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, y de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, han expresado sus condolencias a las familias de las víctimas.
Mientras se espera el avance de las investigaciones, este accidente vuelve a poner en el foco los protocolos de seguridad y mantenimiento de las aerolíneas. Por el momento, los países involucrados han iniciado investigación conjunta para esclarecer las causas exactas del siniestro.
Esta tragedia aérea deja profunda huella en la región, especialmente en esta fecha marcada por las festividades de fin de año, convirtiendo el día en jornada de duelo y reflexión.