LOS TURISTAS, los hombres de negocios y los ciudadanos en general que viajan por avión, son, han sido y serán los principales afectados de los caprichos presidenciales y las malas decisiones de sus gobernantes.

Con el gobierno de Andrés López Obrador vivimos una etapa de discusión por la cancelación del aeropuerto de Texcoco que pudo haber inaugurado y presumido como uno de los más modernos del mundo. Pero terminó su gestión y sólo inauguró una terminal incompleta, cuyos costos asociados fueron mayores y cuya deuda aún no se liquida.
El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) está cuestionado dentro y fuera de nuestras fronteras, porque López Obrador, con la soberbia que le caracteriza, no negoció los objetivos con nadie, ni el plan de negocios, ni sentó a los miembros del T-MEC a incorporarse a los programas de expansión, capitalización y planes de traslado de las aerolíneas de los socios comerciales.
Hoy, el AIFA ni siquiera puede presumir el término de “Internacional”, porque las pocas aerolíneas que desde ahí trasladaba personas y mercancías tienen la prohibición del Departamento de Transporte de EU de entrar a su territorio, por no cumplir con los acuerdos de 2015.
No hay amenazas de cancelación. Es un hecho la prohibición para que operan 13 rutas aéreas mexicanas hacia y desde EU al AIFA. La causa son los decretos de AMLO de reducir los slots en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México de 61 a 44 por hora y forzar el traslado de carga al AIFA. Viva Aerobus perdió nueve rutas (Los Ángeles, Chicago, Orlando, Austin, Dallas, Denver, Houston, Miami, NY). Aeroméxico perdió vuelos a Houston, McAllen y Puerto Rico. Los afectados son miles de pasajeros a los que ya están devolviendo el monto de sus reservaciones a esos destinos.

Hasta este momento y aunque “México no es piñata de nadie” como dijo la presidenta Sheinbaum, quien ha prometido devolver los slots a las aerolíneas de EU, el daño ha sido contundente. Además, el AIFA podría transformarse sólo en Aeropuerto Felipe Ángeles (AFA), porque ya casi no tiene nada de internacional, y corre el riesgo de ser el primer elefante blanco del gobierno de López Obrador
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DONALD TRUMP no se queda atrás. Su capricho y soberbia como presidente, frente a sus contrincantes políticos, ha llevado al cierre de su gobierno por 41 días, hasta este día.
Este cierre de gobierno, el más largo de la historia, ha impactado a 40 aeropuertos de ese país, lo que desembocó en la cancelación de cientos de vuelos desde el viernes pasado y amenaza extenderse y afectar miles más, así como a millones de turistas, hombres de negocios y ciudadanos en general.

Las discusiones entre demócratas y republicanos sobre el paquete de gasto, asuntos de cobertura médica y transporte, entre otros, ha provocado que los senadores ni siquiera calendaricen una votación. El viernes pasado, los senadores republicanos hicieron una propuesta a los demócratas para terminar con el cierre. Los términos no fueron publicados, pero es el primer acercamiento formal desde que inició el cierre para buscar terminarlo, y eso ocurrió sólo por las presiones de organismos exteriores.
Hasta ayer, el Departamento de Transporte y la Administración Federal de Aviación habían acordado, con varias aerolíneas importantes de EU, reducir 4 por ciento los vuelos nacionales en 40 de los aeropuertos más grandes del país, pero la reducción será progresiva desde hoy, hasta alcanzar un 10 por ciento de los vuelos de esta semana. Pero, el secretario de Transporte, Sean Duffy, ha advertido que el ajuste puede ser de hasta de 15 por ciento o 20 por ciento “si el cierre del gobierno no termina relativamente pronto”.
El viernes pasado fueron 5 mil vuelos y más de 100 mil pasajeros afectados: Conforme pasen los días, serán decenas de millones los perjudicados y decenas de miles los vuelos cancelados.
Los daños serán severos si no hay arreglo, porque no sólo es el turismo, los negocios y los controladores aéreos los que han sufrido afectaciones por la discusión de los políticos, sino una gran cantidad de instituciones públicas que se han quedado sin fondos para operar, lo que ha provocado despidos, suspensiones y cese de operaciones de oficinas federales que se han encontrado incapacitadas para cubrir los salarios de sus empleados.
En el caso de los aeropuertos, el cierre del gobierno ha significado la falta y ausencia de suficientes controladores aéreos. Muchos de ellos se han reportado enfermos o han tomado segundos empleos para cubrir sus gastos de vida, mientras trabajan sin cobrar del gobierno.
Desde el 1 de octubre, cuando comenzó el cierre del gobierno de Trump, se cuentan 3.4 millones de pasajeros que han sufrido retrasos y cancelaciones debido a la escasez de personal.
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EN 2026 se realizará el TakeOff North America en el noroeste de Arkansas, con el fin de apoyar el desarrollo y la expansión del mercado de la aviación nacional de América del Norte,
TakeOff North America es un foro integral para la comunidad de desarrollo de servicios aéreos de aeropuertos pequeños y medianos de la región.
Hay que recordar que el noroeste de Arkansas acaba de ser elegido como patrocinador del destino para el evento de 2026 y que ese estado del sur de EU es sede de empresas globales como Walmart, Tyson Foods y JB Hunt, junto con oficinas de las empresas Fortune 500, incluidas Procter & Gamble, Coca-Cola y Johnson & Johnson.

El noroeste de Arkansas es conocido por su entorno favorable a los negocios y cuenta con una sólida red de hoteles, instalaciones para convenciones y una emocionante historia de aviación. El destino está bien posicionado para albergar el evento que acelera la conectividad aérea nacional en todo Estados Unidos
El destino cuenta con el Aeropuerto Nacional del Noroeste de Arkansas, el cual ofrece vuelos sin escalas a 27 destinos, y es un aeropuerto con crecimiento significativo y sostenible en los últimos años. 2024 marcó el año más concurrido registrado para el aeropuerto con más de 1.1 millones de pasajeros.
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@AlejandraBernal
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