El estado de Veracruz sigue recibiendo de los analistas calificaciones crediticias de estabilidad, incluso con perspectiva a mejorar todavía más, luego del despegue favorable observado desde 2018 cuando presentaban niveles especulativos o de alto riesgo.
Por un lado, la calificación crediticia de HR Ratings ha evolucionado desde BBB- con Perspectiva Positiva en 2020, a BBB+ con Perspectiva Estable en 2021, hasta BBB+ con Perspectiva Positiva en 2022.
A su vez, Moody’s dio a conocer el jueves pasado su calificación A- mx con Perspectiva Estable, después de que en 2018 estaba en B o en calidad crediticia débil en comparación con otras entidades.
De acuerdo con HR Ratings, “la Perspectiva Positiva obedece a la reducción de 13.9% en el Pasivo Circulante, como resultado del pago de créditos fiscales que se encontraban dentro del pasivo contingente generado en la Cuenta Pública de 2015”. Además “se proyecta que el Estado disminuya paulatinamente el uso de deuda de corto plazo en los próximos años”.
Por su parte, Moody’s ha detectado entre las fortalezas de Veracruz su sólido nivel de liquidez, resultados operativos positivos y su economía diversificada que respalda ingresos propios crecientes.
Las calificaciones crediticias que Veracruz ha recibido desde 2018 de agencias como Moody’s, HR Ratings y Fitch Ratings han evolucionado favorablemente desde niveles B-, BB- o BB, hasta alcanzar niveles A- o BBB+; es decir, han pasado de ser consideradas de alto riesgo o especulativas a rangos de bajo riesgo o buena calidad.
Los analistas coinciden, sin embargo, en que el principal “reto” que enfrentan las finanzas de Veracruz está en los niveles de endeudamiento relativamente altos.
De hecho, HR Ratings apunta que entre los factores que podrían bajar la calificación estaría la adquisición de financiamiento superior a lo estimado y un incremento del Pasivo Circulante.
En cambio, un factor que podría subir la calificación de Veracruz sería una reducción adicional en el Pasivo Circulante.
“El Estado se encuentra en proceso de revisión y depuración del pasivo contingente generado en la Cuenta Pública 2015. En caso de que se realicen pagos adicionales o se depure este pasivo, que se traduzca en que la métrica de PC a ILC (Ingresos de Libre Disposición) se encuentre por debajo de 20.0 por ciento, esto podría reflejarse en un impacto positivo a la calificación”, apuntó HR Ratings en un reporte del cierre de abril.
La Deuda Directa Ajustada de Veracruz al cierre de 2021 ascendió a 43 mil 975 millones de pesos, compuesta por 17 créditos bancarios a largo plazo con un saldo consolidado por 42 mil 174.6 millones y mil 800.6 millones correspondiente a deuda bancaria de corto plazo.
Además, el estado cuenta con deuda respaldada por bono cupón cero por 5 mil 981.6 millones de pesos y deuda indirecta por mil 418.4 millones, con lo que al cierre del ejercicio la Deuda Consolidada fue de 51 mil 375.2 millones de pesos.
En tanto, Moody’s anotó que la estabilidad de ingresos propios durante la contracción económica de 2020 derivada de la pandemia refleja la capacidad del estado para reaccionar ante choques imprevistos, y que la recaudación de impuestos incluso aumentó levemente gracias principalmente a campañas de fiscalización y a que el estado recibió ingresos extraordinarios derivados de la venta de bienes y servicios.
Moody’s añadió que “si Veracruz logra mantener balances operativos positivos y mayores a lo esperado, una fuerte posición de liquidez y niveles de endeudamiento estables con una dependencia cada vez menor en deuda de corto plazo, mientras continúa depurando las cuentas de orden y otros adeudos, las calificaciones podrían tener presión al alza”.