CON EL dato de inflación de 0.09 por ciento para la primera quincena de mayo, que dio a conocer ayer el INEGI, parecería que todo marcha sobre ruedas para el Banco de México. Sin embargo, no es así. Los precios siguen al alza de manera agobiante y la tasa objetivo de 3 por ciento del instituto central no se ha logrado.

A tasa anual, tenemos una la inflación general para los primeros 15 días mayo en 4.22 por ciento, una cifra que está por encima de la expectativa del mercado y que se aceleró desde el 3.90 por ciento anual registrado la quincena previa.
La inflación general se no se ubicaba por encima del 4.0 por ciento desde la primera quincena de diciembre del 2024 (4.44 por ciento). Los alimentos y la energía se alzaron un 4.78 por ciento anual, un repunte importante desde el 3.5 por ciento de la segunda quincena de abril (3.57 por ciento). Los productos pecuarios registran una inflación de 10.25 por ciento.
Con estos números, y la posibilidad de que la inflación general de mediano y largo plazo siga al alza, el Banco de México podría no lograr la convergencia sostenida de la inflación al objetivo de 3 por ciento, por lo que sería prudente que se haga una pausa en el ciclo de recortes de tasa de interés, como bien señala Grupo Financiero Base.
Se entiende que el ajuste a la baja en la tasa de referencia de Banxico que pasó recientemente de 9 por ciento a 8.50 por ciento pretende estimular el consumo, pero también puede generar un efecto contrario, si la gente prefiere gastar en vez de ahorrar, lo que dispararía el nivel de inflación.
Pero más allá de las cifras macro, para el común de los mortales está claro que los precios le han pegado duro al bolsillo de los mexicanos.
El impacto de la inflación en la canasta básica hasta este mes de mayo, más allá de programas paliativos, requiere de un impulso en el crecimiento económico que también viene a la baja y las expectativas no son nada halagüeñas.

Las cifras oficiales no coinciden con los alarmantes aumentos en bienes y servicios. Por ejemplo, el jitomate subió 22 porciento en abril, el aguacate 10 por ciento, y la carne de res un 2.11 por ciento.
Durante los primeros cuatro meses de 2025, los precios de los productos agrícolas se han disparado: El plátano más de 2.51 por ciento, el pollo más de 2.30 por ciento; el huevo 5.7 por ciento, mientras que el del limón, en febrero, se alzó 16.31 por ciento y en marzo 20.75 por ciento.
Ya hemos comentado aquí mismo que si la inflación estuviera acorde a las expectativas, no necesitaríamos programas gubernamentales para contener los precios. El Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC), implementado hace casi dos años, buscaba mantener estable el precio de 24 productos básicos, con un valor fijo de referencia en 910 pesos. El plan no funcionó.
Los datos actuales nos revelan una realidad distinta. En abril pasado el precio más bajo registrado de la canasta básica en tiendas de autoservicio fue de mil 340 pesos, mientras que en plataformas en línea el mismo conjunto de productos alcanzó mil 805 pesos, es decir, una diferencia de más de 400 pesos, lo que es un duro golpe para las familias con menores ingresos.
Si bien el salario mínimo aumentó para 2025, es insuficiente para cubrir las necesidades básicas. El ingreso mensual actual promedio con salario mínimo es de 8 mil 364 pesos, y de 12 mil 596 en la zona fronteriza.
Se estima que para cubrir adecuadamente la canasta básica se necesitan al menos 2.5 salarios mínimos, es decir, cerca de 21 mil 820 pesos mensuales, Tal salario, sólo lo gana el 1.8 por ciento de los mexicanos que tienen un empleo formal.
*****
Escríbeme a: gfloresl13@yahoo.com.mx
Sígueme en Twitter: @GerardoFloresL
Busca mi columna todos los martes y viernes en el diario ContraRéplica
No deje de informarse en https://redfinanciera.mx