NO HAY duda que la guerra comercial que inició el gobierno de Donald Trump al aplicar aranceles de 25 por ciento a las exportaciones de México y Canadá tendrá un impacto negativo en el turismo, tanto monetario como emocional.
Durante décadas, México los tres países hemos estado unidos por razones de negocios, comercio, turismo, lazos familiares, remesas y cultura.
Las cifras lo demuestran, unos 17 millones de turistas de EU llegaron a México en 2024, a pesar de las constantes alertas de viaje que emite el gobierno de EU en donde prevalecen las acusaciones por inseguridad y violencia.
Es muy probable que las advertencias vayan más allá de las alertas y que el gobierno de Trump pase a las prohibiciones, aunque parezca una idea descabellada. Las restricciones podrán llegar otra vez al espacio aéreo, además del encarecimiento de precios que se avecina para todos los sectores, incluyendo el aéreo y el transporte por tierra, sobre todo por las presiones en el tipo de cambio. No olvidemos que somos importadores de petrolíferos.
Los daños podrían ser mayúsculos para el sector Turismo por el efecto inflacionario, sin minimizar el atroz desempleo que desencadenaría la guerra comercial unilateral de Trump.
La devaluación del peso y la inflación también afectarán a la industria sin chimeneas por la gran cantidad de productos que consumimos y que provienen de EU.
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HACE UNOS días la Secretaría de Turismo presentó a la Cámara de Diputados la Nueva Estrategia Nacional de Pueblos Mágicos. Pero no hay nada nuevo.
Ya existe un diagnóstico sobre la importancia y reingeniería del programa Pueblos Mágicos, por lo que resulta inocuo hablar de nuevas estrategias para desarrollar proyectos turísticos
La mayoría de los empresarios ya saben lo que se requiere para que el país tenga crecimiento en la industria turística. Lo que se requiere es apoyo real, no sólo ideas. Ya todos saben que urge infraestructura hotelera, restaurantera, promoción, carreteras para llegar a dichos destinos, aeropuertos, y que muchos no cumplen con la categoría de Pueblo Mágico por no hay cadenas productivas ni tampoco innovación tecnológica que los avale.
No obstante lo anterior, es muy importante el trabajo de la Comisión de Turismo en la Cámara de Diputados que presidente la diputada Tania Palacios Kuri, porque nuevamente se ha retomado el tema de los Pueblos Mágicos que el sexenio pasado sólo se trató en mesas de café.
Ojalá que las nuevas estrategias de las que se hablan para desarrollar proyectos turísticos se hagan y se atiendan las principales necesidades de los Pueblos Mágicos, porque de ellos dependen muchas familias y negocios.
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LA NUEVA Ley de Turismo en la Ciudad de México ha provocado alteración en varios grupos que generan riqueza para el país como Airbnb.
Resulta que se aprobaron nuevas disposiciones sin consultar a quienes ofrecen el servicio, como si se tratara de una orden ejecutiva estilo Trump.
Airbnb ya se amparó contra la nueva regulación que busca limitar el alquiler de inmuebles por más de seis meses para reducir la gentrificación o que la vivienda de interés social pueda ser rehabilitada o reconstruida y luego ser rentada con una nueva categoría de vivienda así como diferencial de precio, un tema que propuso el exjefe de Gobierno, Martí Batres Guadarrama, hoy director del ISSSTE.
La reforma que se aprobó en octubre de 2024 dispone que las plataformas de renta digitales no puedan alquilar inmuebles de vivienda social, aunque en los últimos años detonó al alza ese tipo de rentas de departamento o casas-habitación.
Lo anterior afecta a quienes tienen necesidad de rentar en una ciudad donde la escasez de vivienda es gigantesca.
El tema se parece a la de las plataformas digitales para transporte de personas, como Didi y Uber, y en todos los casos se violenta el derecho de las personas a decidir lo que es mejor para ellos. La autoridad sólo debe ser coadyuvante.
El asunto ha cobrado importancia porque la nueva Ley se aprobó sin tomar en cuenta la postura de todos los involucrados y sólo se indicó la intención de otorgar certeza a la industria hotelera. Sin embargo, no se consideró el impacto en miles de personas y sus familias que se han convertido en anfitriones en la Ciudad de México.
Para Airbnb, los más afectados son los huéspedes, ya que dependen de plataformas de renta digital para completar sus ingresos al compartir espacios de vivienda. Explicaron que la mayoría de los usuarios son nacionales y no extranjeros, por lo que consideraron que no hay un fenómeno concentrado de gentrificación en la capital.
La escasez de vivienda en la capital va de la mano con una baja de 75 por ciento en la construcción de nuevas viviendas entre 2016 y 2022, lo que esa debería ser la prioridad para el gobierno.
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@AlejandraBernal
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