Historias de amor con final trágico hay muchas, unas son reales y otras rozan la leyenda, algunas han dado lugar a obras maestras de la literatura, como es el caso de Romeo y Julieta de Shakespeare o Calixto y Melibea en La Celestina de Fernando de Rojas o a cambios esenciales en la historia, como Juana la Loca y Felipe el Hermoso.
Las hay en los lugares más remotos: Inés y Pedro en Coimbra (Portugal), incluyendo el vasallaje al cadáver de Inés, el amor incestuoso de los hermanos polacos Anna y Stanislaw Oswiecimowie que inspiró poema sinfónico de Mieczyslaw Karlowicz o el Liang Shanbo y Zhu Yingtai en la China del siglo IV que sigue recordándose mil 700 años después; y también las que han inspirado grandes obras artísticas como la que el emperador Shah Jahan ofreció a su esposa Mumtaz Mahal, que dio origen a la joya que es el Taj Majal, en Agra (India), la tumba de Abelardo y Eloísa tal vez la más bella de las más de 70 mil que hay en el célebre cementerio parisino Père Lachaise, el más visitado del mundo por casi cuatro millones de personas, o el no menos bello mausoleo de alabastro y bronce dedicado a los Amantes de Teruel en la iglesia de San Pedro regalo del escultor Juan de Ávalos, donde actualmente reposan los restos de Diego de Marcilla e Isabel de Segura cuyas manos no llegan a rozarse en símbolo de amor no culminado.
Esta romántica y trágica historia ha dado lugar también a celebración que mueve a toda la ciudad aragonesa y a decenas de miles de visitantes en fechas siempre próximas al Día de los Enamorados, San Valentín (14 de febrero). Los momentos principales de su historia son representados por cientos de actores y actrices en distintos lugares de Teruel y turolenses y espectadores vistiendo trajes medievales que contemplan la representación de amor y drama. La celebración está declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional y aspira a convertirse en breve en Interés Internacional. Teruel forma parte de la red Europa Enamorada, serie de ciudades con historias de amor que han dejado huella en su territorio.
Una leyenda milenaria. Cuenta la leyenda, o la historia, que Isabel y Diego crecieron y jugaron juntos en el Teruel del siglo XIII. Los dos eran de familias nobles, ella, hija de Don Pedro de Segura, un rico comerciante; y él, de los Marcilla, también con linaje pero venido a menos. Los dos niños fueron creciendo y entre ellos surgió el amor adolescente hasta pensar en casarse, idea que no gustó al padre de Isabel que no permitió que su hija formara matrimonio con alguien de un linaje inferior al suyo. Ante su insistencia se llegó al acuerdo de que Isabel esperaría durante cinco años a que Diego consiguiera dinero y honores. Diego se fue a las cruzadas contra los moros a luchar y participó entre otras en la célebre batalla de las Navas de Tolosa en 1212 que los cristianos ganaron a los musulmanes y una de las más importantes de la Reconquista.
Mientras Diego luchaba y conseguía honor y riqueza, Isabel quedó sola durante cinco largos años, esperando y sin saber cuál sería la suerte de Diego. Se dice que los soldados que regresaban de la batalla de Muret, en la que también participó Diego, contaban que habían muerto casi todos, incluso alguno, al parecer sobornado por la familia Segura que deseaba casar a su hija cuanto antes, narró que había visto con sus propios ojos caer a Diego luchando en el frente. Viendo que ya se cumplían los cinco años acordados y que su padre la apremiaba a casarse, la joven aceptó finalmente la proposición de don Pedro de Azagra, poderoso señor de Albarracín. El día que expiraba el plazo de aquella promesa que unos jóvenes amantes se hicieron, la ciudad entera se engalanó para celebrar unos grandes esponsales.
El regreso de Diego. Justo aquel día, Diego conseguía regresar a Teruel sano y salvo y con la ilusión de reunirse por fin con su amada Isabel. El repicar de campanas, la música y algaradas anunciaban que la ciudad celebraba el casamiento de Isabel de Segura con don Pedro de Azagra. En ese instante, Diego creyó enloquecer de ira pues su amada no lo había aguardado. Aunque, en realidad, Isabel no había roto el acuerdo ya que habían pasado los cinco años acordados. Decidió entonces ir en su busca y pedirle aquel beso que tanto había anhelado durante los largos y duros años de batallas. Se encaramó al balcón de la recién casada y la despertó para rogarle esta última prueba de amor. Pero Isabel se lo negó porque no quería ofender a su reciente esposo. El rechazó fulminó el corazón de Diego, quien cayó muerto a su lado.
Según se cuenta, su extraña muerte conmocionó a toda la ciudad que acudió en masa a los oficios por el alma de Diego. Isabel, desconsolada por haber perdido a su verdadero amor, se coló en el funeral para poder darle aquel beso que le había negado en vida. Se acercó al cuerpo de su amado y lo besó intensamente y de nuevo su corazón falló y cayó muerta sobre el cadáver de Diego. Las familias de ambos y el marido por un día de Isabel, Pedro de Azagra, reconciliados ante el drama y la bella historia de amor, decidieron darles sepultura juntos para que no volvieran a separarse nunca más. Y de esta forma descansan hasta nuestros días.
Recreación histórica. Aunque la fiesta es conocida como los Amantes de Teruel, en realidad su título es “Las bodas de Isabel de Segura” y forma parte de la Asociación Española de Fiestas y Recreaciones Históricas, que cuenta con más de 40 miembros de toda España. Esta fiesta al amor celebra en 2024, su edición número 26, desde que se viene representando en Teruel como iniciativa de Raquel Esteban, turolense de Bellas Artes que ha investigado y documentado las costumbres de la época medieval. Con los años las Bodas de Isabel han ido mejorando e incorporando completo programa que incluye mercadillos medievales, teatro, música, bailes, exposiciones y otras actividades lúdicas.
Además de poder presenciar pasajes como la entrada de las tropas de Aragón en pleno centro de la ciudad, los visitantes pueden ir a exposiciones, conciertos, degustaciones de productos típicos, talleres artesanos, demostraciones de cetrería o lucha con espada… Además, más de 120 grupos de actores y actrices participan en las escenas principales, tales como, El Concejo de Teruel, La Boda de Isabel, La Llegada de Diego o El Funeral y muerte de Isabel, y otras secundarias como La Disputa de Dueñas, Juicios de Amor, Huérfanos de la Madre Frontonia o El Conciliábulo, entre otras. Los más pequeños también participarán con escenas y actividades de animación. En total hay más de 60 puestas en escena con actores amateurs.
Grandioso escenario. Atractivo adicional de este recreación es el escenario en que transcurre, la impresionante ciudad de Teruel, donde se encuentra la mejor muestra del arte mudéjar de toda Europa. La torre catedralicia, así como las de San Salvador, San Martín y San Pedro, joyas de conjunto monumental mudéjar que está declarado Patrimonio de la Humanidad.
Desde el mirador de la Torre del Salvador del siglo XIII se puede contemplar toda la belleza y majestuosidad de los paisajes que rodean a la urbe. También hay que hacer recorrido por la llamada Escalinata, monumento arquitectónico y pasear por la Plaza del Torico, sitio emblemático de esta ciudad y donde se representan algunos de los actos de las Bodas. Otro lugar de interés es el Acueducto de los Arcos, declarado Bien de Interés Cultural, o el popular paseo del Óvalo. Y en las cercanías el Parque Temático Dinópolis, experiencia única al lado de estas míticas especies.
Pero entre visita y visita, hay que dejar tiempo para disfrutar de la rica gastronomía de esta región que tiene su principal fuente de inspiración en el cerdo, del que se extraen embutidos y excelentes jamones protegidos bajo la Denominación de Origen Jamón de Teruel. Son típicas también las migas a base de pan y carne de cerdo, las sopas de ajo y el cordero asado o ternasco, también con Denominación de Origen y otros platos contundentes como el tradicional Gazpacho de Pastor, la Caldereta de Pastor y las populares Madejas. La repostería turolense pasa por los deliciosos suspiros de amante, postre hecho a base de queso y huevo y también merengues, los pasteles borrachos o las famosas trenzas mudéjares.