Rogelio Castañón, de 30 años, y Alfonso Ovalle, de 32, fueron los ganadores de ‘La Mejor Paella del Mundo’ en la 61 edición del Concurso Internacional de Paella Valenciana de Sueca, allá en Valencia España –cuna del plato típico– donde ayer domingo luego de cocinar el representativo platillo el jurado dio a conocer el resultado.
Los ganadores empezaron a cocinar siendo adolescentes y conocieron en la Universidad la paella que ahora han elaborado siguiendo la receta ortodoxa con lo que ganaron 2 mil 500 euros en el concurso al que se presentaron 42 restaurantes de 12 países.
“En México no es muy conocida, pero ahora vamos a promocionar la paella y con su receta clásica, nada de inventos”, apunta Rogelio, cuyo restaurante de cátering Crocus. Servicios gastronómicos está ubicado en Guadalupe, Zacatecas. Viajó a Valencia, por primera vez, gracias al apoyo del estado de Querétaro.
Los mexicanos suceden como ganadores al restaurante El madrileño, de Guadarrama. El segundo premio mil 500 euros fue para el cocinero de origen chino Binhui Jiang, de El Mesón El Molino, ubicado en un barrio de Valencia. “Llevo unos años en Valencia y hacemos un poco de todo, tapas, paellas”, comentó.
La tercera mejor paella ganadora de mil euros la cocinó el alemán Mario Furlanello, chef del restaurante de Frankfort Bornheiimer Ratskeller, que reconocía la complejidad de administrar el fuego, dado que uno de los requisitos del concurso era que las paellas debían cocinarse con madera de naranjo.
Ninguno de los triunfadores de los tres principales galardones nacieron en la tierra originaria de la paella.
El jurado valoró la comida bajo la supervisión de una notaria y sin conocer quiénes eran sus cocineros. El veredicto constata la internacionalización y popularidad de un plato declarado ‘Bien de Interés Cultural en la Comunidad Valenciana`, donde forma parte de su imaginario colectivo y se reivindica su receta más ortodoxa.
Todos los concursantes tuvieron los mismos ingredientes de proximidad, las mismas cantidades, el mismo tiempo (dos horas), la misma agua. Nada de chorizo ni construcciones estelares. La receta clásica con pollo, conejo, garrofó, bajoqueta (judía), vaquetes (tipo de caracol), azafrán… leña de naranjo y arroz del pueblo, claro. Para eso Sueca, emplazada junto al lago de la Albufera, en cuyas inmediaciones se cultiva la planta.
El concurso se convirtió en fiesta callejera a la que asistieron muchas personas interesadas en conocer los resultados y “probar” un poco de cada una de las paellas que concursaron.
El ambiente festivo concluyó a las 2 de la tarde, cuando empezó la hora del jurado cuyo sorprendente veredicto se leyó después de copiosa comida en la que se degustaron las paellas del concurso.