SOLO EN la mente o imaginación de algunos mexicanos no existen las alzas de los precios de bienes y servicios. Son millones los que perciben que hay un agujero en su bolsillo, y unas cuantas centenas las que al comprar, pagar o divertirse no tienen ninguna preocupación.
Esas minorías no tienen deudas, tampoco viven al día, ni necesitan dos empleos formales o informales, como la gran mayoría de los mexicanos, para tener un ingreso decente que les impida caer en algún grado de pobreza.
Aunque se proclamen diferentes, los grupos de poder político y económico son muy parecidos. No tienen hambre, usan tres o cuatro tarjetas bancarias, gozan de atención médica privada, pueden gastar 6 mil pesos semanales en una despensa familiar, asisten a los conciertos de moda y viajan dentro o fuera de México con la mayor frecuencia posible. Pero ambos hablan de que la economía está mejor que nunca y comentan que les lastima la pobreza cuando aparecen en público.
Lo anterior viene a colación porque la inflación de la primera quincena de julio fue atroz y porque deja el mayor sufrimiento en los que menos tienen.
Hablar del porcentaje (5.61 por cientoe) resulta sobrado, cuando es evidente que suben los precios de los combustibles y los alimentos de manera brutal y dejan en ridículo al programa gubernamental PACIC que, apoyado por los empresarios, es inútil e infame ante el agotamiento social.
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SIN LLEGAR aún a la Casa Blanca, Donald Trump ya la trae contra México. Sus dichos, que pueden traducirse en hechos en 2025, advierten que será difícil la relación con quien ya nos ha aplicado aranceles a productos que exportamos a EU, a pesar del TMEC.
El aspirante republicano a la Presidencia de EU tiene tres ases en la mano que tirará en la mesa de la relación con nuestra nación: Los cárteles de las drogas, las inversiones chinas y la migración.
Esos 3 asuntos traerán mucho trabajo y dolores de cabeza al nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum.
Para Trump los grupos criminales han petrificado a nuestro país y tienen el poder de derrocar a un presidente en cuestión de minutos. Para el aspirante presidencial estadounidense, los capitales chinos han sentado sus reales en nuestra patria para triangular mercancías a los vecinos del norte. Para el millonario neoyorquino, los mexicanos deberemos atajar a cuanto migrante quiera ingresar por la frontera sur de EU, además de que pagaremos y custodiaremos su muro
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GABRIELA SILLER, directora de Análisis. Económico en Grupo Financiero BASE, ya lo había dicho hace meses: La planta de Tesla en Nuevo León sólo es de saliva. No se había puesto ni una piedra. La promesa del empresario Elon Musk se transformó en pretexto. Primero por la incertidumbre política en México, y luego por las amenazas de Trump en su país, candidato al cual apoya. Hoy se habla de pausa, pero a partir de noviembre próximo, si gana el republicano la presidencia de su país, habrá que despedirse de esa fábrica de automóviles eléctricos, porque Musk tendría apoyos y estímulos fiscales si se instala en EU en lugar de enfrentar las advertencias de aplicación de aranceles de hasta 100 por ciento a ese tipo de vehículos por culpa de los chinos que traen un pleito casado con Trump.
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