SÍ HUBO sorpresa, pero también coraje, por los cobros que desde hace tres semanas aplicaron las autoridades a los mexicanos y extranjeros por entrar a playas públicas, sitios arqueológicos y parques que antes eran gratuitos en Quintana Roo, específicamente en Tulum.
Alguien tuvo la “ideota” de aplicar tarifas diferenciadas a los turistas, los estudiantes, los trabajadores, los mexicanos de la zona, los que llegan de otros estados, y a los extranjeros.
El pago es clasista. Los turistas extranjeros pagan el acceso por 355 pesos o 450 pesos si son dos accesos. Los turistas nacionales pagan un acceso de 255 pesos mexicanos, o dos accesos por 350 pesos.
Los integrantes de las Fuerzas Armadas, residentes de Quintana Roo y trabajadores del consorcio militar pagaban un acceso de 105 pesos mexicanos, o dos accesos por 200 pesos. Los investigadores acreditados ante el INAH pagan un acceso de 61 pesos mexicanos. Docentes y estudiantes pagan un acceso de 31 pesos, mostrando sus credenciales y los menores de 12 años, personas con discapacidad, adultos mayores, pensionados y jubilados quedan exentos del pago de acceso.
En noviembre se inauguró con bombo y platillo el Parque Nacional del Jaguar en Tulum. Lo sorpresivo es que en el último mes de 2024 el acceso a la zona arqueológica y las playas causo enojo en el pueblo por la implementación de un nuevo cobro obligatorio.
Las playas en las que se ha comenzado a cobrar la entrada son las playas de Santa Fe, Paraíso y Las Palmas, que están dentro de la reserva o parque que fue construido a la par del Tren Maya, el cual está cerca del lugar.
La ira popular ha crecido porque ahora todo se cobra, no sólo el acceso, sino también las sillas, las mesas, las sombrillas, el agua embotellada, los refrescos y todo tipo de alimentos, cuyo ingreso en bolsas personales están prohibidos. Todo debe consumirse y pagarse dentro de “la reserva” o el pomposamente llamado Parque Nacional del Jaguar en Tulum.
Lo grave del tema es que los abusos se han extendido a otras zonas de Quintana Roo. Quienes fueron de vacaciones en diciembre pasado a esta entidad han manifestado que lo pensarán dos antes de regresar.
Los comerciantes, propietarios, administradores o como usted les quiera llamar y que operan en la entidad que gobierna Mara Lezama encajaron los dientes en las espaldas de los vacacionistas y sus familias no solo en Tulum o Xel-Há, sino en lugares tan importantes como Playa del Carmen o Cozumel.
Ya se han manifestado cientos de personas en la entidad para exigir el libre acceso a las playas, que son operadas por argentinos, según denunciaron los quejosos que se nos acercaron.
Las manifestaciones e inconformidades cunden en un momento en que Quintana Roo sufre una caída importante en el flujo de turistas del exterior por vía aérea; cuando no han podido resolver el problema en la transportación terrestre desde los aeropuertos, por enfrentamientos entre taxistas y el tema de la inseguridad sigue pendiente.
Las quejas no han tenido éxito, salvo en el caso de los residentes del municipio de Tulum que pueden ingresar libremente a lo que siempre fue suyo, sólo con la exhibición de su INE.
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@AlejandraBernal
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